Viviste tan intensamente
que los ocho años que estuviste con nosotros,
hoy parece un suspiro…
La gran estela que dejaste con tu progenie,
sólo es superable a tu gran corazón,
tu enorme espíritu y tu insuperable belleza.
Todo se ha dicho de tí y todavía hoy se habla,
lo mismo que se hará siempre…
Tú me iluminaste con tu serenidad,
tú fuiste mi maestro,
tú existirás hasta el final de mis días…
Con todo mi amor y mi corazón…